lunes, 31 de marzo de 2014
La Unión Europea se ha dotado, desde la entrada en vigor del Tratado de Maastricht, de
un marco institucional único, que funciona en régimen de democracia representativa y de acuerdo con un método de gobierno comunitario.
Dentro del amplio marco de las instituciones
europeas, podemos distinguir dos grupos:
Por un lado las instituciones políticas,
es decir, aquellas en las que radica el poder ejecutivo y legislativo de la
Unión. Aquí se encuentra el Parlamento Europeo, elegido cada cinco años por los
ciudadanos, el Consejo de la Unión Europea, que representa a los gobiernos de
los Estados miembros, y la Comisión Europea, una
institución políticamente independiente que representa y defiende los intereses
de la Unión en su conjunto, propone la legislación y las políticas y programas
de acción.
Por otro lado, la UE está compuesta de instituciones no
políticas, como por ejemplo el Tribunal de Justicia, que garantiza en última instancia la aplicación del Derecho de la Unión,
El Tribunal de Cuentas, órgano fiscal
que se encarga de supervisar la correcta administración de los fondos europeos,
y por último el Banco Central Europeo, responsable de la política monetaria
común.
